El cuento del Social Media

Posted by David Gómez on may 29, 2013 in Social Media | 5 comments

En el mundo del Social Media hay mucho vendedor de humo y mucho contador de cuentos. Hay quien dice que quien habla de vende humos o cuenta cuentos es uno de ellos, así que ahí vamos 😉

Este asunto del humo y/o cuento nos lo sabemos todos. Y lamentablemente seguirán existiendo mientras haya gente que les haga de palmeros alabando cualquier birria que publiquen o aplaudiendo cuando fusilen contenido ajeno como si fuera propio o adorando cuando, en una de esas múltiples charlas que dan, digan obviedad tras obviedad.

Esto es así.

Dicho esto, nos encontramos con que muchos directivos de empresas (grandes y menos grandes) adolecen de cultura 2.0 y solo entienden el concepto de “si cuesta caro y dice esos palabros tan técnicos tiene que ser bueno” y claro, prefieren pagar grandes personajes pseudo expertos con lenguaje cool que confiar en profesionales que de verdad les puedan ayudar a cumplir sus objetivos. Esto afecta en ambos sentidos a agencias, freelances, consultores, consultorías o formato nuevo por determinar.

Y para que entiendan de qué va esto, vamos a intentar explicarlo en forma de cuento.

El cuento del Social Media

Erase una vez un Community Manager lobo que quería trabajar en el mundo del Social Media y fue probando suerte en diferentes empresas (casas) pertenecientes a 3 cerditos (empresarios).

Fue a casa del primero y decidió llevar su cuenta con el único objetivo de ganar seguidores y/o fans. Esa era su única Kpi y su única preocupación. Y la de la marca también “si somos los que más tenemos es que seremos los mejores” murmuraban los directivos de la compañía.

Sopló sopló y la casa derribó. A tomar por saco empresa y cuenta.

“Maldito ha sido mi tino que no acerté con este cochino” exclamaba enfadado el Community Manager lobo.

El cerdito se fue a casa de otro empresario cerdito que buscaba gestión para sus redes sociales y le dijo «Espera que conozco a un gran profesional en esto». En ese tiempo el lobo se había formado (o eso aullaba a los suyos).

Llegó de nuevo el Lobo Community Manager y dijo, ya está, se lo que tengo que hacer…contenido e interacción…pero no sabía cómo así que se limitó a hablar de su marca, de su piara, de su casa, del cerdito…yo yo yo yo yo…y cuando esto no funcionó puso fotos de gatitos a ver si al resto del bosque les gustaba.

Sopló sopló y la casa derribó. A tomar por saco empresa y cuenta.

“Se nota que no tengo mano con la marca de este marrano” exclamó de nuevo furibundo el can.

Los dos cerditos estaban de visita en una tercera casa de otro cerdito al que las cosas le iban bien, de hecho su casa era de piedra (se entiende que las dos anteriores eran de materiales más defectuosos pero no estamos aquí para hablar de eso). ¿conocéis (oink) a alguien (oink) que sepa de esto (oink) de las redes sociales (oink)?

Y a quién llamaron…a nuestro amigo el Lobo Community Manager.

Esta vez se formó de verdad, leyó y leyó en casa de la abuelita de Caperucita Roja hasta que se dio cuenta de varios conceptos básicos. Practicó y puso en marcha proyectos propios para ver si funcionaban sus estrategias, casi siempre apoyado por Ricitos de oro y sus amigos blogueros osos. Preguntaba sus dudas en el grupo de Social Media Revolution donde muchos animalejos le escuchaban y apoyaban.

Y apareció ahí, con una estrategia bien definida, unos objetivos enfocados al éxito de la marca en unos puntos reales y válidos, trazó un plan de contenidos coherente y analizó todo lo que pasaba.

Sopló y sopló pero la casa no derribó. De hecho la marca mejoró sus resultados en muchos aspectos.

“¡He estado muy fino con las redes de este tocino!” rimaba de forma forzada el feliz Community Manager lobezno.

Total, que cuando pensaba que esto iba bien, dejó de seguir por ese camino, se estancó, no se actualizó con las novedades (diarias) que presenta el mundo del Social Media en cuanto a canales, herramientas para redes sociales, ideas, etc y vino el cazador y le corto la cabeza al lado del río (lo de las piedras en el estómago me parecía más cruel).

Así pues, colorín colorado este post se ha acabado y recuerda…solo tú eres el responsable de si tu cuento o el de la marca para la que trabajas acaba bien o acaba mal. Lo demás son excusas, puro cuento…

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