Arrastrados por la corriente

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Para bien o para mal, vivimos en una sociedad, en la que los avances tecnológicos, sociales y comunicacionales, avanzan tan rápido que a veces no podemos ni asimilarlos, y nos dejamos arrastrar por la corriente. A veces incluso en perjuicio propio. Sin embargo parece más cómodo  o práctico seguir la corriente, que sentarse a pensar en las necesidades propias y avanzar por el camino que nos resulta más conveniente, en vez de por el camino más cómodo.

 

Me refiero a la idea que se está asentando en la sociedad, de la necesidad imperiosa de estar presente en las redes sociales.

 

Casi desde que tengo uso de razón las novedades tecnológicas han ido pasando por mi vida de manera sistemática. Cuando hice la 1ª comunión me regalaron una calculadora científica (que en 3º de EGB no servía para nada, pero estaba de moda). A los 14 años ya disponía de mi primer ordenador, un IBM de 64Kb, aunque no sabía nada de informática. En 1995 ya disponíamos en la empresa de nuestro primer móvil (que era de todo menos móvil), con batería de 4 horas de duración y 1/2kg de peso, con el que tenías que llevar una batería adicional para las salidas de jornada completa. He disfrutado de portátil para poder trabajar fuera de la oficina, me uní a la moda de cambiar el móvil por el Smartphone. Dispongo de tablet, iPhone, portátil, cámara fotográfica que actualizo cada 3-4 años para disponer siempre de modelos actuales y todo ello para intentar seguir las tendencias sociales.

 

Y aunque en la mayoría de las ocasiones dichos elementos me han facilitado la vida y ayudado en mi trabajo, también es ciento que a veces te hacen perder la identidad de tu forma de ser. En mi caso hacen que la artesanía y manualidad en el trabajo de diseño queden relegadas o practicamente anuladas.

 

Pienso que con las empresas está ocurriendo algo similar, están subiéndose al carro de las redes sociales sin pensar claramente si tienen necesidad de ello o sin dejarse asesorar correctamente con una buena estrategia.

 

Últimamente se ven muchas ofertas de empresas que solicitan el servicio de un Community Manager para que les preparen y gestionen las RRSS de su empresa por un precio ridículo; en algunas ocasiones porque no se pueden permitir mayor inversión y otras veces porque se dejan influir por los precios que ven en su entorno (competencia o proveedores), posiblemente de redes sociales gestionadas malamente por freelances, que necesitan trabajar al precio que sea, para poder poner unas lentejas en el plato de sus hijos.

 

Sin embargo los profesionales de este sector, que trabajan día a día gestionando las redes sociales de empresas nacionales e incluso internacionales, saben perfectamente que la labor que implica la gestión de dichas cuentas requiere una gran dedicación diaria, por lo que es comprensible que no se puedan gestionar de manera eficiente redes sociales con una mínima inversión de tiempo y en consecuencia de economía.

Nota: Adjunto enlace a infografía de cómo sería un día en la vida de un CM, (http://goo.gl/bYNJb) .

 

Por eso cuando una pequeña empresa o comercio, arrastrada por la corriente social que te obliga a disponer de cuenta en Facebook o Twitter, intenta dar el paso, rascándose el bolsillo y ofreciendo 200€ mensuales para que se le gestionen dos o tres cuentas en diferentes redes sociales, me pregunto, que es lo que estamos haciendo mal las empresas de comunicación y agencias, para no darnos cuenta de que estamos robando a estas empresas con falsas esperanzas de obtención de beneficios y de rápida rentabilización del capital invertido en redes sociales.

 

Hay una frase que hace tiempo acuña mi socio y compañero @JoseanVera que dice:

“No todas las redes sociales son para todos las empresas,

ni todas las empresas tienen que estar en las redes sociales”.

 

Y es cierto que si nos ponemos a pensar fríamente en las ventajas que puede tener para una tienda de una pequeña urbe, o para una empresa gremial de un pueblo, la presencia en redes sociales, son pocas las que podemos enumerar. Y no hay que ser muy listo ni un iluminado para darnos cuenta de esto, basta con ser consciente de las doctrinas que se difunden (precisamente en las redes sociales), sobre cuáles son los pilares en los que se apoya la participación en redes sociales:

  • Las redes sociales no sirven para vender.
  • Las redes sociales generan imagen de marca.
  • Las redes sociales permiten acceder a un público más amplio.
  • Las redes sociales permiten comunicación bidireccional de manera casi inmediata.

 

Entonces, porque cuando un pequeño comercio se nos acerca para que se le realice un plan de gestión de redes sociales (disponga o no de capital suficiente para invertir), no somos coherentes y le informamos que las redes sociales no son un canal adecuado para hacerse publicidad o fidelizar los clientes.

 

Imaginémonos el caso del carnicero de la esquina (por utilizar el mismo símil que nuestra revolucionaria Beatriz Sancho Lobato, en su artículo “¿Llevarías las redes sociales de un cliente por 100€/mes?” del que diré que  me pareció muy interesante), al cual le gestionamos las redes sociales por una cantidad mínima al mes que nos permite publicar algunos post sobre sus ofertas y servicios y publicar algunas fotos de sus mejores chorizos, sin invertir más de 6 – 8 horas al mes para poder rentabilizar el presupuesto.

chorizos

 

Ahora imaginemos la repercusión que puede tener dicha campaña social en sus posibles clientes y en la fidelización de los actuales.

  • Posiblemente muchos de sus clientes o potenciales clientes no tengan redes sociales o no utilicen las mismas que el carnicero, por lo que no podremos acceder a ellos.
  • Accedemos a un público fuera de nuestro ámbito geográfico de mercado por lo que no serán nunca clientes y pueden generar ruido en nuestro TL en vez de dar información de interés.
  •  La comunicación bidireccional sería muy lenta o casi nula, al no poder gestionarla con frecuencia, perdiéndose el interés del oyente.

Como conclusión; no se mejora la imagen de marca ni se consigue revertimiento ni fidelización.

 

Sin embargo si no nos hubiésemos dejado arrastrar por la corriente que tiende hacia la presencia en redes sociales y hubiésemos asesorado bien a nuestro carnicero, quizás podría invertir el mismo capital en medios tradicionales de comunicación, como publicidad en prensa local o programas festivos de su municipio, impresión de folletos para buzoneo, regalo de elementos promocionales, cupones de descuento para clientes habituales, etc.

 

De esta manera seguro que obtendrá mayores y mejores resultados que mediante la utilización de las redes sociales.

 

Y aunque todo esto parezca echar piedras sobre nuestro propio tejado, creo que a la larga será beneficioso para el sector, puesto que en estos momentos estamos viviendo la burbuja o bum de las redes sociales, en la que la gran demanda por parte de las empresas de presencia en las redes sociales, hace que incluso aquellas que no lo necesitan,  quieran estar presentes. Esto llevará a la larga a la decepción de muchas empresas sobre las ventajas y utilidad de las redes sociales, creándose una mala fama, lo cual hará resentirse al sector y perjudicará a aquellas empresas a las cuales sí que les beneficiaría una correcta gestión en dicho medio.

 

Director de arte, creativo y cofundador de www.anfora.net y aficionado a la fotografía.

Desde pequeño siempre me gustó la asignatura de dibujo, de la que aún guardo algunos cuadernos con ilustraciones y garabatos.

A los 17 años la publicidad me sedujo por medio de la serie “Treinta y tantos”, lo cual me llevó a sacarme el título de diseñador gráfico. Mientras tanto, montaba mi primera empresa de diseño junto a mi socio Josean Vera.

En 1997 creamos la agencia Anfora, dedicada no solo a diseño gráfico, sino también a temas interactivos, desarrollo de páginas web y publicidad en general.
En la actualidad mi profesión me permite navegar por todas las áreas de la comunicación, desde el diseño impreso, la publicidad, internet o las redes sociales, seguro de que llegarán nuevos y novedosos mares por descubrir.

En estos 20 años de experiencia he combinado mi trabajo con otras labores, como coordinador de la revista municipal de Zarautz durante 4 años, o profesor de Diseño Gráfico, Maquetación, Ilustración y de Retoque Fotográfico, en cursos organizados por el INEM para profesionales del sector.

alvaroanfora (7 Posts)

Director de arte, creativo y cofundador de www.anfora.net y aficionado a la fotografía. Desde pequeño siempre me gustó la asignatura de dibujo, de la que aún guardo algunos cuadernos con ilustraciones y garabatos. A los 17 años la publicidad me sedujo por medio de la serie “Treinta y tantos”, lo cual me llevó a sacarme el título de diseñador gráfico. Mientras tanto, montaba mi primera empresa de diseño junto a mi socio Josean Vera. En 1997 creamos la agencia Anfora, dedicada no solo a diseño gráfico, sino también a temas interactivos, desarrollo de páginas web y publicidad en general. En la actualidad mi profesión me permite navegar por todas las áreas de la comunicación, desde el diseño impreso, la publicidad, internet o las redes sociales, seguro de que llegarán nuevos y novedosos mares por descubrir. En estos 20 años de experiencia he combinado mi trabajo con otras labores, como coordinador de la revista municipal de Zarautz durante 4 años, o profesor de Diseño Gráfico, Maquetación, Ilustración y de Retoque Fotográfico, en cursos organizados por el INEM para profesionales del sector.


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