No empieces tu estrategia de contenidos por el tejado
Toda sabemos de la importancia que tiene el contenido en el marketing online, yo diría que se está convirtiendo en una poderosa herramienta estratégica para nuestro plan de marketing online.
Últimamente estamos leyendo mucho acerca de marketing de contenidos y de la figura del Marketing Curator, que es la persona que genera contenido de calidad, ese contenido que aporta valor real al público objetivo.
Smarts Insights, publicó recientemente una matriz que puede ayudarnos a definir nuestros objetivos con respecto a esto que llamamos marketing de contenidos.
Dependiendo de cómo enfocar nuestra estrategia de marketing y opciones de comercialización B2C (Business to Customer), B2B (Business to Business) o sin ánimo de lucro, esta matriz nos presenta los diferentes formatos en función de la intención de compra de los clientes y el estilo de decisión que estos pueden adoptar.
El “truco” está en usar estos 4 cuadrantes: entretener, inspirar, educar y convencer como punto de partida para descubrir ideas que pueden ayudarte a definir tu estrategia de contenidos.
En el eje de ordenadas nos encontramos con el estilo de compra (emocional o racional) y en el de abscisas con el grado de intención de compra (conciencia y compra).
Si por ejemplo nuestro objetivo es educar al consumidor en determinados temas y debemos hacerlo de una forma racional y utilizar guías, infografías o por ejemplo informes de tendencias.
Si por el contrario deseamos inspirar a la compra, es decir, incitar a que nos compren determinados producto o servicio, debemos optar por conseguir que alguien influyente (apoyo de famoso) hable de nuestro producto o incitar a la comunidad a que deje comentarios favorables acerca él. Sabéis que las recomendaciones en este ámbito tienen mucha fuerza.
De esta manera podemos ir ubicando en la matriz nuestro objetivo: Entretener, Inspirar, Educar o Convencer y utilizar el estilo adecuado: Racional, emocional, concienciador o que incite a la compra.
Imaginaros por ejemplo que somos una empresa de cosméticos y que deseamos vender una crema reductora, y que tras realizar nuestro análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades) nos damos cuenta que estamos en un mercado con una competencia tremenda de marcas súper conocidas que incluso se anuncian en medios masivos como prensa, televisión, revistas,… Y de ese DAFO detectamos que nuestra mayor fortaleza está en la composición de la crema, en uno de sus componentes, y que debemos centrar ahí nuestra estrategia de marketing para ofrecer algo diferente y que sea atractivo.
Nuestro objetivo sería por tanto el de convencer a nuestros potenciales clientes que nuestra crema es mejor que el resto porque contiene ese componente, esa sustancia.
Así pues, en este caso, yo personalmente trataría de manera totalmente racional elaborar estudios que avalen los beneficios de ese componente a diferencia de los que utiliza la competencia, trataría de resaltar en todas mis comunicaciones las características del producto, de tal forma que ese componente salga citado en todas ellas. En mis comunicaciones evitaría el componente emocional como eje de comunicación o como pilar de estrategia comunicativa, buscaría la racionalidad, me centraría pues en el cuarto cuadrante: Convencer – Racional.
¿A qué así resulta más sencillo? Podéis comprobar vosotros mismos lo que esto os puede facilitar el camino hacia una buena estrategia de contenidos. Es una magnífica manera de empezar vuestra casa por los cimientos y no por el techo, como solemos hacer en la mayoría de las ocasiones.
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